Cuando el cristal se rompe - Cuando el cristal se rompe

CUANDO EL CRISTAL SE ROMPE

Este libro nació del dolor más profundo y de la necesidad de transformar la pérdida en un puente de amor y acompañamiento. Cuando el Cristal se Rompe no es solo un testimonio personal, sino un espacio donde la memoria se convierte en guía y la vulnerabilidad en fortaleza compartida. Está dirigido a quienes transitan el duelo, a quienes acompañan y a profesionales que buscan comprender de cerca la experiencia humana de la pérdida. Una invitación a creer en la resiliencia, a volver a sonreír y a mantener vivo el legado de quienes amamos.

Autor: Luis Alberto Duarte Duarte

Bienvenidos, este es Un Espacio para Recordar, Sanar y Seguir.

Cuando el Cristal se Rompe es más que un libro: es una travesía de amor, pérdida y reconstrucción. Nació del dolor más profundo y de la necesidad de transformar la ausencia en un puente de acompañamiento.
En estas páginas encontrarás un testimonio íntimo que busca tender la mano a quienes atraviesan el duelo, a quienes acompañan a otros en su dolor y a profesionales que quieren comprender de cerca la experiencia humana de la pérdida.
Este espacio no es solo mío: también es tuyo. Aquí celebramos la resiliencia, la memoria y la esperanza. Te invito a recorrer cada palabra con calma, a reconocerte en las historias y, sobre todo, a descubrir que incluso cuando todo parece quebrarse, siempre es posible volver a sonreír y construir un nuevo amanecer.
Bienvenido a este refugio de palabras, hecho para acompañar y compartir.

Soy Luis Alberto Duarte Duarte, papá y escritor por necesidad del corazón. Este libro nació después de una pérdida muy grande en mi vida y de las ganas de transformar ese dolor en algo que pudiera acompañar a otros.
No me considero un experto ni un maestro, solo alguien que decidió compartir su camino. Escribí estas páginas entre mates, charlas y momentos con mi hijo, tratando de encontrar sentido y, sobre todo, esperanza.
Creo que todos tenemos una historia que contar, y la mía busca recordarte que no estamos solos, que se puede seguir adelante y que, incluso después de lo más duro, siempre hay lugar para volver a sonreír.